El cuerpo como fuente de placer
Cuando recibimos un masaje le damos al cuerpo uno de los mayores placeres que puede tener. El placer es la mejor sensación que le podemos dar a nuestro cuerpo. El cuerpo siempre se ha asociado al dolor, a la enfermedad y al sufrimiento. Esto es una visión conformista y dependiente. El temor al sufrimiento se vence desarrollando la capacidad de placer. El placer esta devaluado y se asocia con superficialidad, frivolidad y materialismo. Esto es un error, no hay placer verdadero que no provenga de la profundidad y del ímpetu natural de la vida. Sensibilizarse para encontrar los caminos que conducen al placer es parte del aprendizaje y mediante el masaje vamos a ser capaces de encontrar este camino. En el masaje vamos a conectar con nuestro cuerpo, conocerlo y aprenderemos a quererlo y a conectar con el placer. Cuando hablo de querer y conocer mi cuerpo quero decir quererlo tal cual es no me refiero a resignación si no a quererle con amor porque es único, es gentil, tierno, voluptuoso e intrínsecamente bello, además posee una armonía maravillosa. Este es el primer paso para darnos cuenta que el cuerpo es la mayor fuente de placer que tenemos.
Cuando oímos la palabra placer seguramente pensamos en placer sexual o genital y de esta forma de placer es de la que nos tenemos que olvidar ahora. Si asociamos placer a sexualidad o genitalidad no podemos disfrutar de los placeres que la vida nos proporciona que son muchos y variados. Disfrutar de los placeres que tiene la vida es un gran aprendizaje.
Son muchos los placeres de los podemos disfrutar, estos son algunos ejemplos pero cada uno puede añadir los que le parezcan
– Un baño relajante
– Caminar sobre el césped, en la arena de la playa, quizás descalzo
– Lo que sentimos al comer o beber algo que nos gusta
– Leer un libro
– Acostarse a dormir una siesta
– Observar un paisaje o una obra de arte
– Hacer un trabajo creativo (pintar, escribir, componer
– Contacto con personas queridas y encantadoras
– Recibir un masaje suave y armonizador.
Los placeres están al alcance de todos y tiene muchos caminos de acceso. Hay que buscar placeres que estén a nuestro alcance. “El acto de vivir es gozoso en sí mismo”. No esperemos a sentir el cuerpo cuando aparezca el dolor. Es muy importante tomar contacto con el placer y sentir al cuerpo como fuente de placer.
Un masaje es una fuente de placer y como tal lo tenemos que tomar. La actitud que debemos de presentar ante un masaje es de relajación y entrega. Si durante un masaje nos sentimos a gusto y disfrutamos de él no sintamos después culpa por ello, y los que es peor no tensemos nuestro cuerpo para no sentir placer poniendo resistencias. Tenemos que abandonar la idea de asociar el placer única y exclusivamente al sexo porque es lo que nos lleva a despreciar el sentir placer porque luego nos acarrea una carga de culpa. Vamos a dar a nuestro cuerpo todas las sensaciones placenteras que podamos porque eso es síntoma de salud y conexión con la vida.